El pacto alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos para materializar el cese del director general de la SAG, posibilitará, como una de las contraprestaciones, que Salvador Montesinos intervenga en la negociación de las inversiones contempladas en el presupuesto 2022, que, por cierto, estamos ya en febrero y todavía está sin aprobar. Este acuerdo en la recta final de la legislatura, al que han llegado Darío Moreno y Salvador Montesinos, ha suscitado lógicos recelos entre los socios del gobierno tripartito, es decir, Esquerra Unida y Compromís, a los que no les hace ninguna gracia que Ciudadanos meta la cuchara en la tarta de las inversiones municipales para este año, pero hasta ahí. Ni el gobierno tripartito está en peligro, ni el alcalde deambula por la cuerda floja. La alianza entre PSOE, Compromís y Esquerra Unida, está bien apuntalada y, por tanto, goza de magnífica salud, que nadie tenga la menor duda.

Realmente, no debería ser un escollo insalvable que los del partido naranja incorporaran algunas actuaciones en el presupuesto de inversiones, pues seguro que se trata de cuestiones que también son muy necesarias para un municipio con tantas carencias. Sin embargo, a poco más de un año para las elecciones municipales de mayo de 2023, hace meses que todos los partidos se han puesto en modo electoral, de ahí que quieran capitalizar las obras que se vayan a incluir en este nuevo presupuesto, sobre todo, porque las que se planificaron en las cuentas de 2021 no se pudieron acometer por falta de financiación.

Lo más probable es que la participación de este nuevo actor en la confección de los presupuestos todavía demore más su aprobación, lo cual tendrá unas repercusiones bastante negativas para los intereses generales del municipio, más que nada por el retraso que sufrirá la ejecución de estas inversiones, seguramente las últimas de la legislatura. Téngase en cuenta que a partir del día en que se aprueben inicialmente las cuentas municipales, tendrán que estar un mes de exposición pública y luego se volverán a llevar otra vez a pleno para su aprobación definitiva. Es decir, que cuanto más se demore el proceso, más se retrasará todo.

Claro que, algunos piensan que ya tienen la campaña prácticamente hecha con la construcción del IES número 5 y la terminación del pabellón polideportivo, el situado junto al cementerio. Estos dos proyectos, que llevaban años esperando, y alguna cosa más, como las obras del Casino Gerencia, pongo por caso, servirán para presentar un balance que no ha podido ir mucho más allá por culpa de la pandemia. Ya lo he dicho en alguna otra ocasión, el COVID vendrá de perlas para justificar las carencias de una gestión que, en circunstancias normales, sería manifiestamente mejorable.