Durante muchas décadas, el desarrollo de la movilidad en nuestra ciudad tuvo en cuenta, casi exclusivamente, el desplazamiento de vehículos motorizados. Cada decisión en esta materia, la reordenación de calles y avenidas, se tomaba bajo el prisma de garantizar la fluidez, prioritariamente, para coches y motocicletas. Nuestro caso no era extraño ni particular, esta fue la tónica general en todas las ciudades, algo que, como no podía ser de otra manera, acabó por tener consecuencias Y no lo digo yo: según datos de la ONU, las ciudades ocupan menos del 2% de la superficie de la Tierra y, sin embargo, producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cuando quisimos darnos cuenta, el modelo de ciudad predominante estaba pensado para los vehículos y no para sus habitantes. Menos espacios seguros para transitar a pie, una red de transporte público débil, asfalto donde hubo espacios verdes y, en definitiva, una menor calidad de vida para la ciudadanía.

Por eso, y ya desde la anterior legislatura, desde el departamento de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Sagunto estamos trabajando con la voluntad de dar lugar a una ciudad en la que vivir no suponga un riesgo para nuestra salud, ni física ni mental. Una ciudad para las personas.

Desde esa perspectiva, uno de los retos que nos marcábamos, era acometer cambios en la avenida Hispanidad, un espacio en el que, a consecuencia del tráfico, nos encontramos que los niveles de ruido alcanzaban los 70 decibelios, 15 decibelios por encima de los límites recomendados. Algo que, más allá de las consecuencias evidentes sobre la salud auditiva, está estrechamente relacionado con la aparición de cefaleas, dificultades para conciliar el sueño o ansiedad.

Por otra parte, también se nos planteaba la cuestión de la seguridad. Cada vez más, la gente opta por opciones de transporte más sostenibles, como las bicicletas y, especialmente, los patinetes eléctricos. Detectamos que buena parte de las usuarias y los usuarios, por miedo a compartir espacio con los coches, se desplazaba por la acera, poniendo en riesgo a las personas que se desplazan a pie e infringiendo la normativa.

Ante ello, planteamos una intervención integral mediante la que atajar, por un lado, la cuestión de la contaminación, tanto ambiental como acústica, y, por otro, garantizar la seguridad para todas las personas: las que hacen uso del vehículo motorizado, las que utilizan el transporte público, las que se mueven en patinete eléctrico y, finalmente, aquellas que se desplazan a pie.

El resultado será una avenida conectada con la red de movilidad sostenible, con un espacio propio para bicis y patinetes y nuevas marquesinas de bus, Un nuevo diseño de la movilidad que también tendrá en cuenta la accesibilidad, con bordillos al nivel de la calzada en los cruces, para que las personas usuarias de sillas de ruedas no se encuentren con barreras arquitectónicas, y la instalación de pavimento táctil, de manera que las personas con una discapacidad visual puedan ser advertidas de que existe un cruce y en qué dirección. Y, finalmente, gracias a una reordenación más eficiente del espacio, el vecindario también ganará 32 nuevas plazas de aparcamiento.

En definitiva, un paso más hacia la ciudad en la que vivir no suponga un riesgo para nuestra salud, ni física ni mental. Una ciudad en la que quepamos todos y todas. La ciudad amable, accesible, segura y verde que, sin duda, merecemos ser.

Javier Raro Gualda
Concejal de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Sagunto