Mi pueblo está inacabado

Escrito por Francisco Gómez Caja
Viernes, 13 Abril 2018 19:20

Cuando veo los acontecimientos sucesos que ocurren… tengo la sensación de que vivo en un país sin acabar. Así empezó mi artículo anterior.

Cuando paseo, ando, saludo, siento, y vivo en y con mi pueblo, y en mi pueblo pienso y digo este pueblo está sin acabar.

Sólo que aquí los problemas como que los siento más mío. Recuerdo una frase de uno de los protagonistas en uno de mis libros “Aquí vinimos e hicimos un pueblo” aquí no había un pueblo hicimos nuestras casas nuestras calles (así están de desbarajustada) lo hicimos todo. Personalmente creo que estaría terminado si hubiese continuado dependiendo de nosotros. (Cuanto se ha hablado de la Ciudad Factoría).

Éste es un pueblo al que todos queremos, quizás porque lo parimos, por eso nos preocupa el estado tan lamentable en que está gracias al poder político. Aun siendo tan grande casi todos nos conocemos en ese sentimiento característico que recibimos de nuestros ancestros. Aunque “El Puerto” solo tenga poco mas de cien años.

Cuando escribí “Voces de la fábrica” recogí las voces del pueblo llano, las voces del mineral del carbón y del humo, un pueblo que lucho unido todo lo que pudo. Hoy la voz de este pueblo ya no se oye, quizás porque aunque seamos siervos nos creemos patrón.

Mi amigo saguntino medico y profesor que me hizo el prólogo, (quería una opinión imparcial) me retaba en este a que en un futuro relatará las consecuencias de la desaparición de Altos Hornos del Mediterráneo. Ya han pasado 34 años y si no es porque estoy dándole un repaso y corrigiendo no hubiera caído en la cuenta, y es que un libro es como un hijo nunca terminas de retocarlo, de criarlo, de quererlo cada día un poco más, un poco mejor, aunque como dice el refrán: “Ahora que veo que mis padres tenían razón, mis hijos no paran de decirme que estoy equivocado” (quizás el libro también me lo diga en voz baja). Pero que sabrán ellos si les falta tanto por vivir.

Ya empiezo a irme por los cerros de Úbeda. ¿Qué ha cambiado en este mi pueblo después de estos años? pues nada… (Es broma). El mundo es diferente, todos somos diferentes, (incluso yo tengo más paciencia) no pensaba que habría tanta diferencia entre la generación de las chimeneas a la generación sin chimeneas.

Lo más fácil, y seguro que acierto, es que los culpables son los que gobiernan, pero esto ya lo digo casi todas las semanas (pero sirve para poco aunque seguiremos para no producirme una úlcera).

La verdad querido amigo saguntino es que la siderúrgica dejó un legado importante en este pueblo. Primero lo que no se ve, unas entrañas totalmente de acero obrero. En cuanto al exterior hombres jubilados, un lujo, sobre todo por la edad, tanto que un día oí a uno decir que le iban a hacer un monumento a un tal Sol-ticio… y por último otros los más jóvenes nos recolocamos o recolocaron unos mejor que otros, y después de estos años pasados ya hemos o estamos llegando a la jubilación. Pero todos más o menos hemos vivido sin necesidad de tener que emigrar de nuestro pueblo. ¿Pero cuántos de nuestros hijos se han tenido que ir empezando por el mío? A menudo habló con compañeros que sus hijos no viven aquí.

El gobierno ahogo a la fábrica, pero aún así ésta dejó un legado, un legado grandioso, si los políticos de este pueblo y los valencianos hubieran sabido gestionarlo. Lo que queda es porque unos pocos con visión de futuro supieron reivindicarlo, pero es muy difícil siempre nadar contracorriente. Como me decía el Presidente del Comité de Empresa de entonces, “el alcalde socialista, el gobierno autónomo socialista, y el gobierno central socialista” al final tienes que decir de perdidos al río, hasta cuándo va a durar esta lucha -no lo sé- sólo sé que seguimos luchando. (Aún tendríamos que estar luchando).

Querido amigo: mucho ha cambiado nuestro pueblo, aunque no vemos más industria, al revés la más antigua ahora hay un alcalde que se la quiere cargar, porque dice que tiene chimeneas y necesita piedra, él tan saguntino se ha dado cuenta ahora, o es ahora cuando puede jorobar. Lamentable usar el cargo para destruir, aunque los que ha habido hasta ahora han construido poco.

Seguimos teniendo cinco millones de metros de polígonos industriales para criar maleza, millones de metros de polígonos residenciales urbanizados y lo mismo, pero tenemos centros comerciales, y un 14% de personas que viven con nosotros, han venido de otros países donde estaban peor que aquí. Yo y muchos también vinimos en su día de donde se vivía peor.Pero lo que más me repatea es que parece que estamos orgullosos de tener los polígonos industriales vacíos. Porque ahora que parecía que el cotarro se movía ya que Mercadona ha empezado a construir aquí un almacén, hemos vuelto a subir el precio del metro industrial, y digo parece ser que estamos orgullosos porque hace unos días me contaba un amigo que su empresa ubicada en el polígono de Ingruinsa (Alto Horno) quiere ampliar. Quería comprar unos terrenos en el polígonos Sepes y como este ayuntamiento se lo pone tan difícil se ha ido a un polígono en la salida de Valencia hacia Madrid. Mi amigo va a tener que coger el coche todos los días y otros puestos de aquí no se contrataran. De que por culpa del precio de los terrenos y de la ineficacia de este ayuntamiento no se instalan aquí empresas te podría contar algunos casos actuales y de épocas pasadas ¡Qué tiempos aquellos en que la fábrica se ocupaba de todo, hasta de arreglar las calles! este ayuntamiento es tan inoperante como siempre; “pero entre quien entre” Un empresario me decía un día: Si a los alcaldes de este pueblo no les hubiera gustado tanto mirarse el ombligo, en este pueblo no habría paro.

Este es un pueblo muy entrañable, muy acogedor, muy bonito, con unos monumentos y unas playas “pero es una mierda” está todo sin acabar “Todo se hará el año que viene”

En medio de la población en las zonas más céntricas como la venida del Mediterráneo o en la calle Teodoro Llorente por nombrar lo más céntrico (el resto peor) hay solares con alambres llenos de maleza suciedad y ratas la ordenanza municipal no se cumple pero esto no preocupa preocupan las terrazas de los bares, y la hora para aparcar.

No hablemos de un posible turismo que por supuesto no viene. Está abandonado, cerrado el museo, el alto horno, todo el legado siderúrgico, el solar más emblemáticos llevan casi siglos de pleitos. Hasta los cuatro paelleros que no valen ni un euro, y que se han reivindicado hasta la saciedad, porque es tampoco que el pueblo más humilde los tiene, estas pascuas no estaban terminados (ni estarán, porque habrá cuatro que después los destrozarán). El transporte público en este pueblo es tan ineficaz que en el hospital hay casi mil coches cada día, igual que en la estación de tren, además los autobuses que van a Valencia llevan del orden de 20 personas de pie. Qué tiempos aquellos en que teníamos un trenillo, en que a Valencia se prohibía viajar de pie, y se obligaba a prestar un servicio, ahora para los que nos gobiernan no somos personas, somos mercancía que cuando somos transportados, como cuando necesitamos cualquier servicio tenemos que llenar muy bien los bolsillos de los oligarcas. Y esto es lo que hay y no hay más.

Me gustaría que hubiese un día un alcalde apoyado por un solo partido político que hiciera borrón y cuenta nueva, le diera la vuelta a este pueblo como si fuera un calcetín, porque ahora está al revés.

Perdona amigo al final como siempre me ha salido mi vena reivindicativa y mi mal genio. Cuando se dice que si volvieran a nacer ahora Platón y Aristóteles lo tendrían muy complicado para escribir de política, yo voy y lo hago cada semana.

De todas maneras tú como maestro sabes las palabras del sabio. La experiencia más hermosa que tenemos a nuestro alcance es el misterio, y mi pueblo siempre será para mí un misterio.

Un abrazo de Paco

Francisco Gómez Caja

 

 

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