Como adelantaba El Económico en su suplemento informativo del pasado viernes, este Martes Santo, y por tercer año consecutivo, se llevó a cabo una nueva protesta frente a las puertas de la Ermita de la Sangre de Sagunto para reclamar la entrada de las mujeres en la centenaria Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Decenas de vecinas y vecinos, y también algunos cofrades, se reunieron en este lugar para volver a exigir una modificación de los estatutos de esta entidad de la cual, en la actualidad, solamente pueden formar parte hombres.
Durante esta concentración, además, se leyó un manifiesto por parte del colectivo organizador, Semana Santa Saguntina Inclusiva, donde se calificaba de «insostenible que aún hoy exista una gran cúpula de cristal que nos niegue un derecho que nos hemos ganado a manos llenas». Además, recalcaban que esta fiesta «ha ido creciendo y creciendo año a año, siglo a siglo; es algo vivo y, como cualquier otro fenómeno crece, se estabiliza, evoluciona y cambia».
Desde este colectivo consideran que «en pleno siglo XXI una parte de la sociedad de Sagunto ve negada su posibilidad de participar en las prácticas procesionales como iguales. Un gen determina que las mujeres, una parte importantísima de este municipio, no puede formar parte activa de un fenómeno que consta de varios siglos de tradición», algo que no sucede en otros municipios de España donde las mujeres sí que pueden formar parte de las cofradías que participan en sus respectivas Semanas Santas, incluida la que se realiza en Puerto de Sagunto.
«Las mujeres arreglan vestas, preparan rosarios, bordan cinturones, adoran altares, colocan banderolas, visten andas y limpian la ermita, viven la semana grande con devoción, fe y esperanza; Queremos hacer la fiesta más grande, trabajando codo a codo hombres y mujeres para crear un lugar donde no haya diferencias que nos alejen sino que nos aproximen para construir una sociedad más justa, más sana y más igualitaria», apuntaban a través de este manifiesto.
Finalmente, este colectivo señaló: «Llevamos tres años reuniéndonos en la puerta de la Ermita de la Sangre cada Martes Santo, evitando polémicas y discursos vacíos de contenido, evitando diatribas y dando la cara para que las generaciones futuros encuentren sentido a esta fe tan íntima. Ojalá esta concentración sirva para sumar sinergias entre todos los que creemos en este proyecto, los cofrades que en el futuro serán Mayorales, los Mayorales que ya vivieron su Semana Santa, los que en su momento dieron la cara y votaron sí y, por supuesto, todas las mujeres que se levantan día a día creyendo en la igualdad y transmitiéndosela a sus hijas y nietas».